Antes de los flashes y los desfiles, antes de que su rostro apareciera en marquesinas de París y Nueva York, Whitecrush —nombre artístico de Marianne Turner — era solo una chica de los suburbios del lado este de Detroit , donde las fábricas callaban una tras otra y el asfalto parecía más gris cada invierno. Su madre trabajaba turnos dobles en una lavandería industrial; su padre, un mecánico sin taller. Marianne creció entre el olor a aceite y el sonido metálico de los trenes