El Eco del Sol Rojo El viento del planeta Vestra no aullaba, silbaba. Era un susurro constante y arenoso que peinaba las dunas de óxido de hierro, depositando una fina capa de polvo rojizo sobre todo. Para K’zar, el silbido era la voz de su hogar, monótona y vital, como el latido lento del sol rojo que se arrastraba por el cielo bajo. K’zar no era alto para los estándares de los seres de las lunas heladas, pero era un gigante para sus crías. Se enderezó con un crujido seco en